INCLUSIÓN EDUCATIVA

LINEAMIENTOS INCLUSION Y EQUIDAD

¿CÓMO PROMOVER CULTURAS INSTITUCIONALES QUE FAVOREZCAN LA INCLUSION Y LA EQUIDAD EN LA EDUCACION?

¿CÓMO PROMOVER  POLITICAS INSTITUCIONALES QUE FAVOREZCAN LA INCLUSION Y LA EQUIDAD EN LA EDUCACION?

¿CÓMO PROMOVER PRACTICAS INSTITUCIONALES QUE FAVOREZCAN LA INCLUSION Y LA EQUIDAD EN LA EDUCACIÓN?

¿CÓMO CONSTRUIR ESCUELAS INCLUSIVAS?

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¿POR QUÉ ES IMPORTANTE RECONOCER MULTIPLES FORMAS DE REPRESENTACION? 

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¿CÓMO GENERAR DISTINTAS FORMAS DE ACCIÓN Y EXPRESIÓN?

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PLAN INDIVIDUAL DE AJUSTES RAZONABLES

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FORMATO PLAN INDIVIDUAL DE AJUSTES RAZONABLES

El PIAR: qué es, para qué sirve y qué debe incluir

Por: Lucas Correa Montoya. Abogado de la Universidad de Medellín, LL.M en Derecho Internacional y Derechos Humanos de American University Washington College of Law, magíster en Planeación Urbana y Regional de la Pontificia Universidad Javeriana. Ex-becario del Programa de Discapacidad y Derechos Humanos de Open Society Foundations. Actual investigador del Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DescLAB).

Algunas de las excusas más frecuentes que escuchan las familias al momento de exigir la educación inclusiva para sus hijos con discapacidad es que los colegios y los maestros, supuestamente, no están preparados, no tienen experiencia en inclusión, no fueron formados para esto, entre muchas otras.

Estas excusas son muchas veces realidades, los colegios no saben qué hacer, los maestros menos, hay pocos niños con discapacidad en esas instituciones, en las facultades de educación la inclusión y la diversidad son aspectos poco significativos en la formación de los maestros. Las excusas, ciertas o falsas encubren el desconocimiento, la falta de creatividad, la falta de voluntad. Son siempre excusas y nunca justifican que un niño o niña con discapacidad no esté en la escuela regular.

Se aprende a incluir incluyendo, se aprende a hacer ajustes razonables poniendo al estudiante en el centro y siendo creativos. No existe una lista predeterminada de ajustes razonables y apoyos pedagógicos que un profesor o una profesora pueda tener y aplicar para todos los estudiantes. No hay un algoritmo que nos diga, ante un diagnóstico médico, qué hacer para que los niños y niñas con discapacidad aprendan. No hay una receta universal para todos.

Todo lo contrario: la inclusión es un proceso hecho a la medida de la individualidad de cada estudiante, de sus capacidades y de sus necesidades. Por eso es que a los malos maestros no les gusta, porque les exige hacer su trabajo.

Por eso el Decreto 1421 de 2017 introdujo la figura del PIAR. La sigla PIAR significa Plan Individualizado de Ajustes Razonables, el PIAR es la herramienta más importante para materializar la inclusión, le exige al maestro conocer a sus estudiantes y planear sus actividades, apoyos y ajustes razonables hechos a la medida. Acá les explicamos qué son, para qué deben servir y qué deben tener.

1. El PIAR es un plan. El PIAR es un instrumento de planeación, una herramienta que permite contrastar el currículo para el grado escolar con las características del niño o niña con discapacidad para definir metas y objetivos con respecto al año escolar y, establecer los ajustes razonables y apoyos pedagógicos. No es un currículo paralelo, es la adaptación del currículo a las necesidades y capacidades de los estudiantes con discapacidad.

2. El PIAR es individual. El PIAR es una herramienta hecha a la medida de cada uno de los estudiantes con discapacidad. Es un error pensar que la misma versión del PIAR, con los mismos contenidos y ajustes para todos los niños y niñas con discapacidad va a servir para algo. Todo lo contrario. Para que el PIAR sea un documento vivo debe corresponder a la realidad de cada niño o niña con discapacidad, por eso debe incluir una descripción de la persona, de su contexto familiar y social, los ajustes que se desarrollan, que funcionan y que no lo hacen.

3. El PIAR debe ser elaborado por el docente de aula. Con frecuencia los docentes de aula, es decir, aquellos que tienen a su cargo un grupo de niños y niñas en un grado escolar no asumen esta responsabilidad.Los docentes dicen, con frecuencia, que no saben de discapacidad y que por eso no hacen el PIAR. Están equivocados, el PIAR no es sobre la discapacidad, es sobre la pedagogía y la didáctica, sobre eso que hacen los maestros y que funciona para todos los niños.

De manera errónea creen que el PIAR debe hacerlo el docente de apoyo pedagógico o cualquier otra persona menos él. Nada más alejado de la realidad. Es el docente quien dicta la clase y tiene a su cargo los estudiantes quien debe crear y actualizar el PIAR. En el caso del bachillerato, el docente de aula responsable del grupo debe articular la elaboración del PIAR con todos los demás docentes de área.

4. El PIAR debe partir de la valoración pedagógica. Los documentos médicos, exámenes, historias clínicas y demás son importantes para saber el diagnóstico del niño con discapacidad y para saber qué tiene. Pero sirven poco, o nada, para saber qué hacer en términos pedagógicos y didácticos. Casi nunca un diagnóstico le ha sido útil a un maestro para saber cómo enseñar y qué hacer en su salón de clases. El PIAR debe incluir la información de salud, pero no puede quedarse ahí. El PIAR debe incluir una valoración pedagógica que permita saber cómo está el estudiante en términos educativos, qué ha logrado, qué no, qué lo motiva, que no lo hace.

5. El PIAR debe fijar las metas y objetivos que deben alcanzarse a lo largo del grado escolar. Las metas y objetivos deben fijarse teniendo en cuenta el avance individual de cada estudiante, pero también teniendo en cuenta los estándares básicos de competencias (EBC) y los derechos básicos de aprendizaje (DBA) para cada grado y para cada área, es decir, con lo que se espera que los estudiantes aprendan en cada año escolar y en cada área del conocimiento. No se va a la escuela solo a socializar, se va a aprender.

 

Ahora, esas metas y objetivos deben ser flexibles y hechas a la medida de cada estudiante. Esto significa que en un grado escolar, un estudiante con discapacidad puede necesitar reforzar o retomar alguna competencia o conocimiento de un grado anterior. Esto no significa que deba regresar a un grado inferior y quedarse ahí hasta que aprenda algo específico. Todo lo contrario, en cada grado tendremos diferentes retos, pero probablemente haya retos que se repitan a lo largo de toda la trayectoria escolar. De eso se trata la flexibilización del currículo y el respeto por los ritmos de cada estudiante.

6. El PIAR debe incluir los ajustes razonables. La esencia del PIAR es poder identificar las barreras que enfrenta cada estudiante con discapacidad, poder planificar las actividades sin que dichas barreras surjan y, establecer los ajustes razonables que deben llevarse a cabo para que dichos estudiantes puedan acceder, participar y ser evaluados en condiciones de igualdad.

Un ajuste razonable puede ser: una acción o estrategia específica que el maestro aplique, una adaptación o una modificación a algo que el maestro hace para el niño o la niña con discapacidad, el uso de un recurso o una herramienta tecnológica, o la ayuda de un profesional de apoyo pedagógico.

 

Los ajustes razonables responden a las necesidades individuales y específicas de cada estudiante, no deben significar una carga desproporcionada para el maestro o para el colegio, y debe servir para que los estudiantes con discapacidad puedan acceder, permanece, participar, ser evaluados y promovidos en condiciones de igualdad.

En el PIAR, cada docente de aula debe incluir los ajustes razonables que requiere un estudiante en todos los aspectos del servicio educativo: en lo curricular, en la didáctica, en las metodologías y en las evaluaciones.

7. El PIAR requiere de la creatividad y de la innovación de los maestros. Para ser exitoso y ser un documento vivo, el PIAR requiere que los maestros que lo elaboran no lo vean como una carga, como un formato más que se diligencia para ser guardado y que sirve poco. Todo lo contrario. El PIAR debe ser usado para planear las clases, para profundizar el conocimiento sobre el estudiante, para innovar ajustes razonables a lo largo del año escolar, para tener altas expectativas para con los estudiantes con discapacidad.

8. En el PIAR también hay que decir lo que no funciona. El PIAR está pensado para ser un documento vivo que acompaña la historia y trayectoria escolar del estudiante con discapacidad. Esto significa que los maestros no solo deben incluir los ajustes razonables que funcionan, sino también aquellos que intentaron y no funcionó para un estudiante en particular. El PIAR, en el mediano y largo plazo se convierte en un repositorio de estrategias y experiencias que enriquecen la práctica de los maestros que lo reciben y lo usan en sus clases.

 

La educación inclusiva es, siempre, un proceso de innovación y creatividad docente. Se vale intentar y fallar, se vale volver a intentarlo y que funcionar. Registrar en el PIAR lo que no funciona sirve para ahorrarle tiempo a los próximos docentes, para aprender de las lecciones de los otros.

 

9. El PIAR sirve para evaluar. El PIAR es una herramienta que permite evaluar a los estudiantes a lo largo del año escolar y decidir si debe ser promovido o reprobado. En muchos casos, cuando los niños y niñas con discapacidad no tiene PIAR, difícilmente alcanzan los logros esperados, la falta de ajustes razonables les impide participar en condiciones de igualdad y, al final, terminan por no cumplir lo esperado, principalmente porque lo que se espera de ellos no fue ajustado a sus capacidades y necesidades.

En el PIAR deben estar los apoyos y ajustes en la evaluación, pero también los criterios para determinar, al final de cada periodo escolar, lo que debe alcanzar y lograr el estudiante, para que él y su familia se esfuercen en lograrlo.

10. El PIAR debe tener herramientas y espacios de construcción colectiva a su alrededor. No basta con que cada docente de aula diligencie y use el PIAR en su salón de clase. Dentro del colegio debe haber espacios de intercambio y construcción colectiva en donde los maestros puedan compartir ideas y generar prácticas en torno a la inclusión.

Una buena idea es que los maestros tengan oportunidades de intercambiar ideas y estrategias. Entre menos solo esté el maestro haciendo el PIAR y, por el contrario, si tiene la oportunidad de hablar con docentes de apoyos, con otros docentes de aula, podrá sacarle mayor provecho a sus ideas y a las ideas de los demás.

El PIAR es nuevo en las escuelas, todos estamos aprendiendo. Las familias tienen que poder participar en su elaboración, deben entender de qué se trata y por qué es importante, hacerle seguimiento, aportar sus ideas sobre ajustes razonables y apoyos que funcionan para sus hijos con discapacidad.

DISEÑO UNIVERSAL PARA EL APRENDIZAJE

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DECRETO 1421 AGOSTO 29 DE  2017

PONENCIA FORO EDUCATIVO MUNICIPAL 2016